Probablemente el camino de peregrinación aragonés fue uno de los primeros y más utilizados en los momentos iniciales de la peregrinación a Santiago. Por su situación en la penetración central del Pirineo recogía el tránsito de la mayor parte de los reinos cristianos de Europa.
Aunque "la realidad es que no tenemos ninguna noticia concreta de que caminos pudieron seguir los peregrinos con anterioridad al siglo XI", las viejas carreteras romanas seguían prestando un servicio inestimable a los desplazamientos de la decadente civilización medieval.
Precisamente, la primera noticia de peregrinación jacobea que tenemos es la del obispo de Puy, Gotescalco, que en el año 950 llega desde Aquitania con una gran comitiva y descansa en el monasterio riojano de La Albelda. Debemos suponer que cruzó el Pirineo por uno de los dos pasos (Summo Pirineo) atestiguados en el Itinerario de Antonino en las rutas de Astorga a Aquitania o de Zaragoza a Benearm.
Que el paso pirenaico de Aragón funcionó desde los primeros momentos, queda atestiguado por la abundante documentación que así lo avala, la propia Guía de Peregrinos del Codex Calistinus, códice del siglo XII cuyo libro V forma la Guía del Liber Sancti Jacobi atribuida a Aymerico Picaud, canciller del Papa Calixto, nos describe este itinerario de la siguiente forma:
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A Portibus Asperiad Pontem Regine
| De los puertos de Aspe (Somport)a Puente la Reina |
Borcia | Borce |
Hospitalis Sancte Cristine | Hospicio de Santa Cristina |
Camfrancus | Canfranc |
Jacca | Jaca |
Osturit | Astorito (despoblado) |
Termas | Tiermas |
Mons Reellus | Monreal |
La vía romana del Summo Pyrineo, de Olorón a Jaca
Este trazado del conocido Camino de Santiago Aragonés coincide, en el tramo en el que supera el Pirineo por el Puerto del Somport, con la vía romana descrita en el llamado Itinerarium Provinciarum Antonini Augusti, reseñada como la nº 33 en la edición de Saavedra , que exponemos a continuación con el nomenclátor de Cuntz y la numeración de Wesseling.
Jaca, la importante población romana Iacca, no es mencionada en esta vía, lo que ha hecho pensar a varios autores en su posible trazado por otros valles pirenaicos. Pero la omisión de lugares significativos es algo muy habitual en los recorridos descritos en el Itinerario, sin que ello se deba necesariamente a error.
Uno de los aspectos más controvertidos que modernamente se han suscitado respecto a este camino ha sido el emplazamiento del paso del Pirineo. En el caso del Somport, hemos revisado datos de todo tipo para el emplazamiento de los lugares más significativos y la identificación exacta del viejo camino. Entre ellos, hemos recurrido a la numerosa cartografía histórica que hemos podido encontrar y que refleja el camino perfectamente en épocas en las que éste apenas había sufrido transformación en su trazado.
De igual forma han sido de extraordinario interés los primeros planos a gran escala que, del terreno y del recorrido del viejo camino, se hicieron en el siglo XIX, como son los de los proyectos de construcción de la carretera de Jaca al Somport.
1 El Camino entre el castillo de Candanchú y la venta de Santa Cristina reflejado en un fragmento del: “Mapa de la porción del terreno comprendida entre la Venta de San Antón y la de Santa Cristina, inmediata a los confines de Francia, en el que se manifiesta la situación de las montañas intermedias y disposición del camino que de este Reyno viene al de Aragón por la rivera del río de este nombre. 22 de enero de 1751”.
2 Plano de 1869 del Proyecto de Carretera de Primer Orden de Zaragoza a Canfranc, trozo de Canfranc a la Frontera. Trazado de la nueva carretera e identificación del camino histórico en su llegada al puerto de Somport.
Los castillos defensivos del paso que hasta hoy hicieron fama, como el de Candanchu, o el propio Castiello, el de Jaca, no superan la antigüedad del medievo.
Santa Cristina del Somport constituyó uno de los centros más famosos de la cristiandad en el medievo, su actividad se documenta desde al menos el siglo XI, fue Gran Hospital favorecido por muchos reyes y prueba irrefutable de la importancia y la antigüedad de este camino.
Canfranc, el campo franco nacido en el Camino y para el Camino, ya tenía un albergue de peregrinos en 1095. Hoy se configura como el clásico pueblo-calle de los tantos que se instalaron a lo largo de las principales vías de comunicación medievales.
Mojón situado en el puerto de Somport indicando el inicio del Camino de Santiago aragonés.
Muchos autores han opinado ya sobre la indudable romanidad del paso del Svmmo Porto, bien integrándolo en la vía romana Caesaraugusta-Benearnum o en otra de menor importancia. Otros sin embargo datan la fundación del paso en torno al año 1000.
Pero lo cierto es que éste es el único camino que ha podido suceder a las trazas romanas de otro ya perdido, como queda demostrado en su buen trazado constatable por un valle de inmejorables condiciones para atravesar el Pirineo, de menor cota que cualquiera de los de su entorno y con el aval de un miliario encontrado en el puerto, que por desgracia es hoy un documento prácticamente desconocido para la generalidad de los investigadores.
Este miliario fue encontrado en 1860 al norte de la coronación del puerto por M. Barberen, magistrado de Oloron y hoy, después de múltiples vicisitudes, puede verse en la Maison du Patrimoine en Oloron. Tiene 90 cm. de alto y se lee con letras de ocho centímetros de altura la inscripción: ILVRO MP, en referencia a la Ilvrone romana (Oloron).
Existió también una inscripción latina, referida al paso de la vía romana, labrada en la peña de Escot (Francia) que fue destruida en el año 1886, pero de la que quedó suficiente constancia para la posterioridad:
L. VAL. VALERIANVS. DVVMVIR
BIS. HANC. VIAM. RESTITUVIT
De esta forma, este Summo Pyrineo del Itinerario de Antonino contaba con Ilvrone y Iaca como ciudades de partida en el fondo de los valles norte y sur respectivamente y permitió el uso del paso a los propios peregrinos a Santiago desde los primeros momentos. En Accous podría encontrarse el Aspa Lucca del Itinerario, cuyo nombre permanece en el propio valle, el de Aspe, dejando situado a Foro Ligneo en Urdos. De la situación física de la mansio del Summo Pyrineo nada se sabe, pues hasta hoy no han aparecido las instalaciones romanas de acogida en torno al Summo Porto medieval, por donde debió estar situada.
En contraposición, otros pasos que se han defendido como romanos, como el del Puerto del Palo, no cuentan con un solo metro de camino que haya podido ser nunca carretera por ninguna de sus características, ni siquiera camino romano que pueda ser apoyado por la documentación antigua.
El camino del Puerto del Palo ya fue considerado como romano por primera vez hace dos siglos, pero ha sido a partir del siglo XX cuando la idea ha tomado mayor auge y un importante apoyo. Este caso requiere por ello un análisis más detenido, aunque aquí solo vamos a resumir lo ya apuntado en otros trabajos.
No existe documentación de ningún tipo que avale la importancia en la antigüedad de este camino, ni el paso de mercancías por él, ni el paso de peregrinos, ni ningún otro factor que pudiera conferirle importancia alguna. Solo una placa romana de pequeño tamaño, que puede ser llevada debajo del brazo, con alusiones a la reparación de un camino y depositada en el monasterio de Siresa, es utilizada como prueba.
El Camino antiguo del Puerto del Palo sólo pude ser llamado camino en algunas zonas entre Siresa y Oza. En esta zona del valle de Echo, a pesar de presentar toscos muretes laterales de contención en algunos tramos tiene un ancho medio de unos dos metros, no superando el metro y medio en algunas zonas burdamente entalladas en la roca junto al precipicio de los Cuellos de Lenito. Los restos de pavimento que puede verse en otros tramos consisten en una fina capa de piedra, de tamaños irregulares, sobre el propio terreno natural, que apenas libra del barro al camino en tiempo de lluvia.
Miliario del Somport, tal y como se encuentra hoy en la Maison du Patrimoine en Oloron, con la indicación de la distancia a ILVRO (Ilvronne - Oloron).
Sus pendientes son muy elevadas en los pasos estrechos y difíciles de los Cuellos de Lenito y de la Boca del Infierno y en ambos casos el camino vuelve a descender innecesariamente al valle perdiendo toda la cota ganada, prueba innegable de su mala técnica.
Finalmente, la pendiente raya lo imposible en la subida al Puerto del Palo por la ladera de las Peñetas, teniendo entre el 20% y el 40 % durante un kilómetro, donde es una simple senda de montañero. No existen vestigios aquí de haber sido nunca otra cosa. Sin embargo, Beltrán apunta pendientes máximas para este tramo en torno al 7%, alejadas de la realidad hasta el disparate, datos que no han hecho si no engordar la supuesta romanidad del camino y convencer sobre ella a posteriores autores que probablemente no recorrieron nunca el camino.
Todo indica que el origen de este camino fue el tránsito del ganado para el aprovechamiento de los pastos del fondo del valle y el trajín de arrieros y de mulateros que por diversos motivos preferían eludir el camino principal del Somport. Su trazado y su técnica en general no superan la que pudiera aplicar un pastor, aunque algunos historiadores han imputado esta obra a los excelentes ingenieros romanos.
En definitiva, nada de esto ha evitado que el secular montaje historiográfico haya convertido a los tranquilos parajes del valle de Echo en escenario de míticas batallas, ruta alternativa de peregrinación por la que casi nadie se arriesga y mala senda de montaña señalizada como vía romana.