El Ayuntamiento de Burriana ha finalizado esta semana el derribo de la vivienda existente en el solar del número 28 de la calle San Pascual, adquirida con fondos municipales para descubrir un tramo de muralla y una torre de época musulmana que permanecían ocultas en el patio trasero.
Rafel Martí de Viciana mencionaba explícitamente en su crónica sobre Burriana que la ciudad contaba con “quarenta torres terraplenas, dos gruesos baluartes, barbacana, fosso muy ancho y hondo, tres puertas en el muro muy fortificadas...”. Una de estas cuarenta torres es la que todavía se conserva en parte en este solar. Gracias a esta intervención, muy pronto Burriana tendrá dos torres visibles, la del Racó de la Abadía -en la que se puede contemplar su parte posterior o intramuros (recientemente restaurada por la fundación Luz de las Imágenes)- y la de la Calle San Pascual, donde se aprecia su aspecto exterior o extramuros.
Estas estructuras, a pesar de las diversas reformas y daños, conservan la mayor parte de las características originales de su momento de construcción, hace casi 1.000 años. Estos interesantes monumentos defensivos han sobrevivido de forma excepcional al continuado arrasamiento de las murallas, iniciado en el siglo XVIII y que culminó mediado el siglo XX.
El derribo de la casa se ha llevado bajo la supervisión de los servicios municipales de Urbanismo y de Arqueología. El siguiente paso, según ha explicado hoy el arqueólogo municipal, José Manuel Melchor, es finalizar la limpieza del solar y de las medianeras.
El Ayuntamiento dispone ya de todos los permisos necesarios para realizar catas arqueológicas en el subsuelo del solar, con la finalidad de comprobar el estado y situación de los demás elementos defensivos asociados a la muralla (como la barbacana, la berma y el foso).
Perspectivas de futuro El arqueólogo municipal considera que, en estos momentos, además de las excavaciones arqueológicas, es necesario un estudio en profundidad del estado de la torre y de los muros de su entorno, previo a la presentación en la Conselleria de Cultura del proyecto para la consolidación y restauración de la torre y su entorno inmediato, que cuenta con la máxima protección legal, pues según la Ley de Patrimonio Valenciano es un Bien de Interés Cultural.
Con estas intervenciones, Burriana se suma a aquellas ciudades de raíces musulmanas que potencian el valor cultural y turístico de sus recintos amurallados, entre cuyos exponentes en la provincia destacan Segorbe, Morella u Onda.
Rafel Martí de Viciana mencionaba explícitamente en su crónica sobre Burriana que la ciudad contaba con “quarenta torres terraplenas, dos gruesos baluartes, barbacana, fosso muy ancho y hondo, tres puertas en el muro muy fortificadas...”. Una de estas cuarenta torres es la que todavía se conserva en parte en este solar. Gracias a esta intervención, muy pronto Burriana tendrá dos torres visibles, la del Racó de la Abadía -en la que se puede contemplar su parte posterior o intramuros (recientemente restaurada por la fundación Luz de las Imágenes)- y la de la Calle San Pascual, donde se aprecia su aspecto exterior o extramuros.
Estas estructuras, a pesar de las diversas reformas y daños, conservan la mayor parte de las características originales de su momento de construcción, hace casi 1.000 años. Estos interesantes monumentos defensivos han sobrevivido de forma excepcional al continuado arrasamiento de las murallas, iniciado en el siglo XVIII y que culminó mediado el siglo XX.
El derribo de la casa se ha llevado bajo la supervisión de los servicios municipales de Urbanismo y de Arqueología. El siguiente paso, según ha explicado hoy el arqueólogo municipal, José Manuel Melchor, es finalizar la limpieza del solar y de las medianeras.
El Ayuntamiento dispone ya de todos los permisos necesarios para realizar catas arqueológicas en el subsuelo del solar, con la finalidad de comprobar el estado y situación de los demás elementos defensivos asociados a la muralla (como la barbacana, la berma y el foso).
Perspectivas de futuro El arqueólogo municipal considera que, en estos momentos, además de las excavaciones arqueológicas, es necesario un estudio en profundidad del estado de la torre y de los muros de su entorno, previo a la presentación en la Conselleria de Cultura del proyecto para la consolidación y restauración de la torre y su entorno inmediato, que cuenta con la máxima protección legal, pues según la Ley de Patrimonio Valenciano es un Bien de Interés Cultural.
Con estas intervenciones, Burriana se suma a aquellas ciudades de raíces musulmanas que potencian el valor cultural y turístico de sus recintos amurallados, entre cuyos exponentes en la provincia destacan Segorbe, Morella u Onda.
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