Periodista, escritor, guionista y uno de los mayores expertos y estudiosos de los servicios secretos del Vaticano. Así es Eric Frattini. Un viajero incansable que transforma cada experiencia vivida en un escrito, con la única intención de que la gente se haga eco o se pregunte por los grandes misterios de la humanidad.
Ha entrevistado a grandes personajes como la Madre Teresa de Calculta, Nelson Mandela, Yaser Arafat o Tony Blair y ha escrito una veintena de títulos traducidos a varios idiomas. Con esta carta de presentación, resumida, por supuesto, a la mínima expresión, Frattini se introduce en el mundo novelesco con su segundo y polémico libro “El laberinto de agua”, basado en el evangelio de Judas y en el Vaticano donde el que el autor nos introduce en una pregunta ¿qué pasaría si origen del cristianismo no hubiese sido como nos lo han contado? Muchos de los personajes están basados en personas reales que viven en las localizaciones descritas en el texto y que poseen los negocios escritos en la misma, son precisamente aquellos lugares y personajes que Frattini conoció durante la preparación del libro.
El escritor estuvo 22 días en Venecia, recreando a la perfección lo que sería el foco de su novela, por ello dicen que este manual es una gran guía de Venecia y de los misterios de la ciudad. Pero, sin duda, el personaje que recobra un mayor protagonismo es el cardenal Lienart, que es como si dijéramos el Dar Vader en la Guerra de las Galaxias, un hombre muy inteligente, absolutamente culto que responde con frases contundentes, y en latín. “El que sea tan sabio es lo que le hace tan malvado”, ha señalado Frattini.
Ha llegado a cambiar el final para que pueda llegar a tener una continuación con este malvado cardenal, del que incluso se está barajando la adaptación al cómic. Gracias a su sobredocumentación sobre el Vaticano, el escritor es capaz de situar a un personaje en su interior porque sabe a la perfección como funciona desde dentro, cómo se mueven, cómo hablan, cómo se están odiando.
Pregunta.- Digamos que el punto de arranque de “El laberinto de agua” es, ¿qué pasaría si el origen del cristianismo no hubiese sido como nos lo han contado?. Ahora le pregunto a usted, ¿qué pasaría?Respuesta.- Principalmente que los cimientos de la iglesia sobre los que se ha basado la creación de la propia Iglesia Católica se moverían mucho, porque a nosotros nos han enseñado que la Iglesia se levantó sobre la piedra, sobre Pedro, que era el apóstol, supuestamente, elegido por Jesucristo. Pero yo planteo: ¿qué hubiera pasado si Pedro no fuera tan maravilloso y Judas no fuera tan malo?, para ello, me he basado en el evangelio de Judas, donde una vez restaurado y traducido lo que te viene a decir en alguno de sus párrafos es que Judas pudo delatar a Jesucristo porque él se lo pidió. Entonces, ese apóstol fue Judas Iscariote. Yo, en base a esa teoría y esa realidad, que es una teoría que han manejado los expertos, le doy un barniz de ficción y lo convierto en una novela en la que planteo que con esa misma historia, Judas pudo estar vivo y fue el último apóstol en morir. Judas tiene una conversación secreta antes de la última cena con Jesucristo y, antes de morir en Alejandría, habla con uno de sus discípulos, Eliezer, y le cuenta lo que le dijo Jesucristo. Así, Eliezer lo transforma en un documento, “La carta de Eliezer”, un documento tan bien documentado que parece real. Está escrita en Arameo Siriaco.
Frattini ha escrito una veintena de ensayos y ésta es su segunda novela
P.- ¿Qué hay de ficción y de realidad en la novela?R.- De realidad hay un 65% y el resto es ficción, pero mucha de esa ficción está sacada de la realidad.
P.- Puede que el cristianismo sea uno de los grandes misterios. En realidad, nadie sabemos si lo que nos han contado es cierto o no. ¿Por qué ese interés por el cristianismo?R.- A la Iglesia Católica le interesa seguir el misterio, no le interesa que los católicos se hagan preguntas porque si no funcionaría mal. En el año 180 d.C. hubo un señor que se llamó Ireneo de León, uno de los padres de la Iglesia Católica. Con todos lo textos encima de la mesa, dijo qué textos tenían que leer los católicos y creó los libros que tenían que conformar la Biblia. Los que deshechó fueron incluidos en un catálogo llamado “El Libro de la Herejías”, donde esta incluido el evangelio de Judas, pero también el evangelio secreto de Marcos, el de María, etc. Están incluidos todos los textos gnósticos.
P.- ¿Qué opina de todo el revuelo que ha formado el Opus Dei en torno a su novela?R.- Cuando te terminas de leer la novela, yo hago que la gente se haga preguntas y eso es lo que ha molestado al Opus. Dicen que pongo en duda la imagen sagrada de Jesucristo y otras cuantas cuestiones. Me he tenido que volver a leer la novela para ver si yo decía realmente eso.
P.- Conforme iba creando esta novela, ¿podía prever las críticas que le han llegado a hacer?R.- No, porque es una novela. He escrito 20 ensayos muy polémicos, ¡algo agotador!, ya que constantemente he tenido que demostrar en caso de que me planteen un pleito cómo lo rebato. Entonces decidí escribir novela porque para mí es una liberación, ya que puedo decir lo que quiera. Por eso, no entiendo por qué nunca se han metido con mis ensayos y si se meten con esta novela, pero ¡sorprendente!, con la Iglesia hemos topado.
Las páginas de sus diarios son verdaderas obras de arte donde se ve paso a paso la construcción de la novela
P.- ¿Cree usted que la riqueza de “El laberinto de agua” se debe al gran trabajo de documentación que hay detrás?R.- Por supuesto. Yo soy primero periodista, que es un defecto, y luego ensayista. Es decir, soy muy meticuloso con la documentación y esto se aprecia en la novela. Por ejemplo, una de las pistas de mi novela es una inscripción en árabe del siglo XIII. Para hacerla busqué a una catedrática de la Universidad de Jaén que es experta en árabe del siglo XIII y me escribió la clave en árabe del s. XIII con los mismos signos y caligrafías de entonces. Otra de mis trabajos de documentación se ve reflejado en un asesino que es francotirador. Pero yo no tengo ni idea de armas, y acudí a un amigo que ha sido durante 15 años jefe de francotiradores de la Unidad Especial de Intervención de la Guardia Civil. Él me mandaba una ficha técnica en la que yo tenía que poner la altura del objetivo al que iba a disparar. Si el disparo iba a ser en Zaragoza, que hay poca humedad o en Valencia que hay mucha humedad ya que el ambiente puede afectar al disparo, también tenía que decirle el calibre que iba a usar, el tipo de munición, la velocidad de la bala y desde dónde iba a disparar. Con todos estos datos él me decía con qué arma mi asesino tenía que disparar. Me he documentado hasta de qué manera cogéis las mujeres la crema hidratante del tarro, porque uno de los asesinos pone veneno en el interior de la crema y yo te voy contando todos lo pasos.
P.- ¿Por qué siempre trata en sus libros los temas del Vaticano y del Cristianismo?R.- Porque hay un dicho que dicen los cardenales y obispos en el Vaticano que los refleja perfectamente “Para el Vaticano todo lo que no es sagrado es secreto”. Esta política de secretismo ha hecho que la gente en general tenga verdadero interés en saber y conocer qué es el Vaticano por dentro; porque el Vaticano no es el Papa, es una maquinaria perfectamente engrasada desde hace 2009 años. Si muere el Papa, el Vaticano no deja de funcionar porque hay un cardenal camarlengo. Todo esto, que la gente no conoce, genera mucho interés. La iglesia nunca pasará de moda.
P.- ¿Por qué el laberinto de agua?R.- Porque antiguamente los árabes definían Venecia como la ciudad de las siete puertas y los siete guardianes, y el laberinto de agua. Parte de las claves de la novela están a través de esas siete puertas y de las estrellas. Son muy importantes las constelaciones para saber los interrogantes, ya que antiguamente los navegantes árabes navegaban mediante el sistema estelar. En esto me ayudó un astrónomo especialista.
Cambiando de tema
P.- Ya que estamos en Zaragoza, ¿qué misterios hay en Aragón?R.- Los misterios de un lugar te los marca la cantidad de pueblos y culturas que han pasado por ahí, y Aragón siempre ha sido un sitio de paso. Se podría decir que es la Polonia española. Por eso, es un lugar muy importante y que concentra muchos misterios, el Santo Grial, Los Templarios, etc.
Aquí se aprecia una de las casas de los personajes tal y como Frattini se imaginaba que fuera
P.- ¿Ve mucha diferencia de su primera novela a la segunda?R.- Sí, porque “El Quinto Mandamiento” tenía muchas páginas de documentación y he aprendido a que toda esa documentación que quiero que la gente sepa tengo que ponerla en boca de los personajes. Ahora tengo mucho más dominio de los personajes, antes no tenían sentimientos, en “El laberinto de Agua” sí.
P.- ¿Cree que es imprescindible, o por lo menos necesario, el periodismo para ser un buen escritor?R.- Absolutamente. El periodismo es un gran entrenamiento que te permite acumular mucha documentación y saber qué es lo importante.
P.- De todos los grandes personajes que ha entrevistado, ¿cuál ha sido el que más le ha impactado?R.- Sin duda, Nelson Mandela. Lo entrevisté en dos ocasiones y eran dos Mandela totalmente diferentes. La primera, un mes después de haber salido de prisión. Entonces era una persona con grandes sueños de una Sudáfrica que el deseaba y después lo entrevisté cuando ya abandonaba el poder de la presidencia de Sudáfrica. Entonces me encontré con un Mandela decepcionado por la Sudáfrica que dejaba. La Madre Teresa de Calcuta también me pareció extraordinaria. Es una de las pocas personas que han muerto y sabes que directamente se han ido al cielo, si es verdad que existe.
P.- ¿Con qué personaje ha tenido menos feeling?R.- Con Arafat, al que entrevisté en dos ocasiones. Una vez fue en Túnez, cuando era el líder de la OLP, y otra ya como presidente de la Autoridad Nacional Palestina. En una de estas ocasiones me echó del despacho porque le pregunté "se dice en Israel que un palestino no pierde nunca la oportunidad de perder una oportunidad”. Cuando se lo tradujeron al árabe me expulsó del despacho.
P.- ¿Cómo se prepara para hacerle una entrevista a estos grandes personajes?R.- Es fundamental leer mucho y recopilar mucha documentación. No sólo debes documentarte sobre el personaje sino sobre el ámbito en el que se mueve. Realmente, el arte de la buena entrevista no es el personaje o las preguntas que le hagas sino que cuando tú acabes de hablar con él te vayas convencido de que has conversado.
P.- Hace mucho rato que no miro las preguntas que traía preparadas, la verdad es que me siento a gusto ¿hemos conversado?R.- Por supuesto, hemos conversado.
Ha entrevistado a grandes personajes como la Madre Teresa de Calculta, Nelson Mandela, Yaser Arafat o Tony Blair y ha escrito una veintena de títulos traducidos a varios idiomas. Con esta carta de presentación, resumida, por supuesto, a la mínima expresión, Frattini se introduce en el mundo novelesco con su segundo y polémico libro “El laberinto de agua”, basado en el evangelio de Judas y en el Vaticano donde el que el autor nos introduce en una pregunta ¿qué pasaría si origen del cristianismo no hubiese sido como nos lo han contado? Muchos de los personajes están basados en personas reales que viven en las localizaciones descritas en el texto y que poseen los negocios escritos en la misma, son precisamente aquellos lugares y personajes que Frattini conoció durante la preparación del libro.
El escritor estuvo 22 días en Venecia, recreando a la perfección lo que sería el foco de su novela, por ello dicen que este manual es una gran guía de Venecia y de los misterios de la ciudad. Pero, sin duda, el personaje que recobra un mayor protagonismo es el cardenal Lienart, que es como si dijéramos el Dar Vader en la Guerra de las Galaxias, un hombre muy inteligente, absolutamente culto que responde con frases contundentes, y en latín. “El que sea tan sabio es lo que le hace tan malvado”, ha señalado Frattini.
Ha llegado a cambiar el final para que pueda llegar a tener una continuación con este malvado cardenal, del que incluso se está barajando la adaptación al cómic. Gracias a su sobredocumentación sobre el Vaticano, el escritor es capaz de situar a un personaje en su interior porque sabe a la perfección como funciona desde dentro, cómo se mueven, cómo hablan, cómo se están odiando.
Pregunta.- Digamos que el punto de arranque de “El laberinto de agua” es, ¿qué pasaría si el origen del cristianismo no hubiese sido como nos lo han contado?. Ahora le pregunto a usted, ¿qué pasaría?Respuesta.- Principalmente que los cimientos de la iglesia sobre los que se ha basado la creación de la propia Iglesia Católica se moverían mucho, porque a nosotros nos han enseñado que la Iglesia se levantó sobre la piedra, sobre Pedro, que era el apóstol, supuestamente, elegido por Jesucristo. Pero yo planteo: ¿qué hubiera pasado si Pedro no fuera tan maravilloso y Judas no fuera tan malo?, para ello, me he basado en el evangelio de Judas, donde una vez restaurado y traducido lo que te viene a decir en alguno de sus párrafos es que Judas pudo delatar a Jesucristo porque él se lo pidió. Entonces, ese apóstol fue Judas Iscariote. Yo, en base a esa teoría y esa realidad, que es una teoría que han manejado los expertos, le doy un barniz de ficción y lo convierto en una novela en la que planteo que con esa misma historia, Judas pudo estar vivo y fue el último apóstol en morir. Judas tiene una conversación secreta antes de la última cena con Jesucristo y, antes de morir en Alejandría, habla con uno de sus discípulos, Eliezer, y le cuenta lo que le dijo Jesucristo. Así, Eliezer lo transforma en un documento, “La carta de Eliezer”, un documento tan bien documentado que parece real. Está escrita en Arameo Siriaco.
Frattini ha escrito una veintena de ensayos y ésta es su segunda novela
P.- ¿Qué hay de ficción y de realidad en la novela?R.- De realidad hay un 65% y el resto es ficción, pero mucha de esa ficción está sacada de la realidad.
P.- Puede que el cristianismo sea uno de los grandes misterios. En realidad, nadie sabemos si lo que nos han contado es cierto o no. ¿Por qué ese interés por el cristianismo?R.- A la Iglesia Católica le interesa seguir el misterio, no le interesa que los católicos se hagan preguntas porque si no funcionaría mal. En el año 180 d.C. hubo un señor que se llamó Ireneo de León, uno de los padres de la Iglesia Católica. Con todos lo textos encima de la mesa, dijo qué textos tenían que leer los católicos y creó los libros que tenían que conformar la Biblia. Los que deshechó fueron incluidos en un catálogo llamado “El Libro de la Herejías”, donde esta incluido el evangelio de Judas, pero también el evangelio secreto de Marcos, el de María, etc. Están incluidos todos los textos gnósticos.
P.- ¿Qué opina de todo el revuelo que ha formado el Opus Dei en torno a su novela?R.- Cuando te terminas de leer la novela, yo hago que la gente se haga preguntas y eso es lo que ha molestado al Opus. Dicen que pongo en duda la imagen sagrada de Jesucristo y otras cuantas cuestiones. Me he tenido que volver a leer la novela para ver si yo decía realmente eso.
P.- Conforme iba creando esta novela, ¿podía prever las críticas que le han llegado a hacer?R.- No, porque es una novela. He escrito 20 ensayos muy polémicos, ¡algo agotador!, ya que constantemente he tenido que demostrar en caso de que me planteen un pleito cómo lo rebato. Entonces decidí escribir novela porque para mí es una liberación, ya que puedo decir lo que quiera. Por eso, no entiendo por qué nunca se han metido con mis ensayos y si se meten con esta novela, pero ¡sorprendente!, con la Iglesia hemos topado.
Las páginas de sus diarios son verdaderas obras de arte donde se ve paso a paso la construcción de la novela
P.- ¿Cree usted que la riqueza de “El laberinto de agua” se debe al gran trabajo de documentación que hay detrás?R.- Por supuesto. Yo soy primero periodista, que es un defecto, y luego ensayista. Es decir, soy muy meticuloso con la documentación y esto se aprecia en la novela. Por ejemplo, una de las pistas de mi novela es una inscripción en árabe del siglo XIII. Para hacerla busqué a una catedrática de la Universidad de Jaén que es experta en árabe del siglo XIII y me escribió la clave en árabe del s. XIII con los mismos signos y caligrafías de entonces. Otra de mis trabajos de documentación se ve reflejado en un asesino que es francotirador. Pero yo no tengo ni idea de armas, y acudí a un amigo que ha sido durante 15 años jefe de francotiradores de la Unidad Especial de Intervención de la Guardia Civil. Él me mandaba una ficha técnica en la que yo tenía que poner la altura del objetivo al que iba a disparar. Si el disparo iba a ser en Zaragoza, que hay poca humedad o en Valencia que hay mucha humedad ya que el ambiente puede afectar al disparo, también tenía que decirle el calibre que iba a usar, el tipo de munición, la velocidad de la bala y desde dónde iba a disparar. Con todos estos datos él me decía con qué arma mi asesino tenía que disparar. Me he documentado hasta de qué manera cogéis las mujeres la crema hidratante del tarro, porque uno de los asesinos pone veneno en el interior de la crema y yo te voy contando todos lo pasos.
P.- ¿Por qué siempre trata en sus libros los temas del Vaticano y del Cristianismo?R.- Porque hay un dicho que dicen los cardenales y obispos en el Vaticano que los refleja perfectamente “Para el Vaticano todo lo que no es sagrado es secreto”. Esta política de secretismo ha hecho que la gente en general tenga verdadero interés en saber y conocer qué es el Vaticano por dentro; porque el Vaticano no es el Papa, es una maquinaria perfectamente engrasada desde hace 2009 años. Si muere el Papa, el Vaticano no deja de funcionar porque hay un cardenal camarlengo. Todo esto, que la gente no conoce, genera mucho interés. La iglesia nunca pasará de moda.
P.- ¿Por qué el laberinto de agua?R.- Porque antiguamente los árabes definían Venecia como la ciudad de las siete puertas y los siete guardianes, y el laberinto de agua. Parte de las claves de la novela están a través de esas siete puertas y de las estrellas. Son muy importantes las constelaciones para saber los interrogantes, ya que antiguamente los navegantes árabes navegaban mediante el sistema estelar. En esto me ayudó un astrónomo especialista.
Cambiando de tema
P.- Ya que estamos en Zaragoza, ¿qué misterios hay en Aragón?R.- Los misterios de un lugar te los marca la cantidad de pueblos y culturas que han pasado por ahí, y Aragón siempre ha sido un sitio de paso. Se podría decir que es la Polonia española. Por eso, es un lugar muy importante y que concentra muchos misterios, el Santo Grial, Los Templarios, etc.
Aquí se aprecia una de las casas de los personajes tal y como Frattini se imaginaba que fuera
P.- ¿Ve mucha diferencia de su primera novela a la segunda?R.- Sí, porque “El Quinto Mandamiento” tenía muchas páginas de documentación y he aprendido a que toda esa documentación que quiero que la gente sepa tengo que ponerla en boca de los personajes. Ahora tengo mucho más dominio de los personajes, antes no tenían sentimientos, en “El laberinto de Agua” sí.
P.- ¿Cree que es imprescindible, o por lo menos necesario, el periodismo para ser un buen escritor?R.- Absolutamente. El periodismo es un gran entrenamiento que te permite acumular mucha documentación y saber qué es lo importante.
P.- De todos los grandes personajes que ha entrevistado, ¿cuál ha sido el que más le ha impactado?R.- Sin duda, Nelson Mandela. Lo entrevisté en dos ocasiones y eran dos Mandela totalmente diferentes. La primera, un mes después de haber salido de prisión. Entonces era una persona con grandes sueños de una Sudáfrica que el deseaba y después lo entrevisté cuando ya abandonaba el poder de la presidencia de Sudáfrica. Entonces me encontré con un Mandela decepcionado por la Sudáfrica que dejaba. La Madre Teresa de Calcuta también me pareció extraordinaria. Es una de las pocas personas que han muerto y sabes que directamente se han ido al cielo, si es verdad que existe.
P.- ¿Con qué personaje ha tenido menos feeling?R.- Con Arafat, al que entrevisté en dos ocasiones. Una vez fue en Túnez, cuando era el líder de la OLP, y otra ya como presidente de la Autoridad Nacional Palestina. En una de estas ocasiones me echó del despacho porque le pregunté "se dice en Israel que un palestino no pierde nunca la oportunidad de perder una oportunidad”. Cuando se lo tradujeron al árabe me expulsó del despacho.
P.- ¿Cómo se prepara para hacerle una entrevista a estos grandes personajes?R.- Es fundamental leer mucho y recopilar mucha documentación. No sólo debes documentarte sobre el personaje sino sobre el ámbito en el que se mueve. Realmente, el arte de la buena entrevista no es el personaje o las preguntas que le hagas sino que cuando tú acabes de hablar con él te vayas convencido de que has conversado.
P.- Hace mucho rato que no miro las preguntas que traía preparadas, la verdad es que me siento a gusto ¿hemos conversado?R.- Por supuesto, hemos conversado.
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