MIS QUERIDOS LECTORES HACE ALGUNOS DIAS RECIBI UN EMAIL DE LA PERSONA MAS ILUSTRE EN EL CONOCIMIENTO DE HISTORIA DE ARAGON EL SR. BIZEN D´O RIO UN QUERIDO HISTORIADOR Y MUY CONOCIDO POR TODOS. BIEN, COMO YA SABREIS HACE ALGUNAS SEMANAS PUBLIQUE UNA ARTICULO SOBRE LA REINA DE ARAGON, DOÑA PETRONILA EN EPOCA DONDE EN EL CASTILLO DE MONZON TODAVIA ESTABA GUIADO POR LOS CABALLEROS DE LA ORDEN DEL TEMPLE, CABALLEROS QUE AUN HOY DESCANSAN EN EL VERTEDERO DE BELVER DE LOS HORRORES (BELVER DEL CINCA).EL SR. BIZEN D´O RIO, GRAN HISTORIADOR, FUE QUIEN HIZO LA CONFERENCA RICA EN PALABRAS, EN CONOCIMIENTO HISTORICO Y RICA EN DOCUMENTACION DE LA EPOCA, PORQUE IGUAL QUE NUESTRO AMIGO EL SR. MIGUEL FOX, TODO LO QUE EXPONE, HABLA Y CRITICA, LO HACE CON DOCUMENTACION LEGAL Y ESCRITA.
MIS QUERIDOS LECTORES ES UN GRAN PLACER PODER PUBLICAROS HISTORIA ENVIADA DIRECTAMENTE DESDE EL MISMISIMO BIZEN D´O RIO. SI ALGUN DIA TENEIS LA POSIBLIDAD DE ESCUCHARLE NO OS LO PENSEIS.
EMAIL DEL SR. D´O RIO:
"Después de manifestar mi admiración hacia este estupendo blog, desearía hacer una matización acerca de la reseña que impartí en Barbastro sobre Dña Petronila de Aragón .
Por un error de trascripción figura : El conferenciante se refirió también al testamento ilegal de Ramiro II a favor de su primogénito….” Cuando en realidad se trata del testamento de Ramón Berenguer IV a favor de su hijo, al que hace entrega del reino de Aragón que no es suyo, pues en realidad su matrimonio fue un “matrimonio en casa” según los fueros aragoneses, y su hijo era ya heredero desde el nacimiento y no necesitaba que su padre le diera lo que no podía darle. Por otra parte, “destacó la figura de Dña Petronila, cuyos restos tenían que estar enterrados en Lérida….” En Lérida se celebraron los esponsales mientras que la reina estuvo enterrada en la Seo de Barcelona, don el historiador Padre Traggia copio la lápida que ahora nadie sabe donde se encuentra.
En el deseo de que ase pueda brindar desde este blog la mejor información posible, remito el texto de mi trabajo, así como los principales documentos.
Quedando por entero a vuestra disposición
Un cordial saludo
Bizén d’o Rio Martínez
Cronista Oficial de La Comarca de la Hoya de Huesca"
Por un error de trascripción figura : El conferenciante se refirió también al testamento ilegal de Ramiro II a favor de su primogénito….” Cuando en realidad se trata del testamento de Ramón Berenguer IV a favor de su hijo, al que hace entrega del reino de Aragón que no es suyo, pues en realidad su matrimonio fue un “matrimonio en casa” según los fueros aragoneses, y su hijo era ya heredero desde el nacimiento y no necesitaba que su padre le diera lo que no podía darle. Por otra parte, “destacó la figura de Dña Petronila, cuyos restos tenían que estar enterrados en Lérida….” En Lérida se celebraron los esponsales mientras que la reina estuvo enterrada en la Seo de Barcelona, don el historiador Padre Traggia copio la lápida que ahora nadie sabe donde se encuentra.
En el deseo de que ase pueda brindar desde este blog la mejor información posible, remito el texto de mi trabajo, así como los principales documentos.
Quedando por entero a vuestra disposición
Un cordial saludo
Bizén d’o Rio Martínez
Cronista Oficial de La Comarca de la Hoya de Huesca"
A CONTINUACION OS DEJO CON LA EXQUISITA CONFERENCIA, RICA EN PALABRAS E HISTORIA DE LA TIERRA DE ARAGON Y SU JOVENCISIMA REINA:
"Las primeras noticias documentales acerca de Dn. Ramiro, hijo de D. Sancho Ramirez y su esposa Felicia de Roucy, es el ofrecimiento y envío al monasterio de San Ponce de Tomeras el 3 de mayo de 1093, cuando es de creer que debía de tener este Infante de Aragón de 8 a 10 años. Allí será educado en costumbres y letras sagradas, si bien parece no se contentó con ser simple monje y recibió una educación propia de los nobles legos, según consta en su propia confesión que se recoge en el folio 5 del Cartulario llamado Libro Verde, hoy en el Archivo de la Seo de Lerida, de lo que se deduce, que cuantos escribieron después diciendo que “no sabía tener las riendas del caballo en la mano” no hicieron mas que falsear la verdad, pues en 1108 abandona la clausura y el año 1110 se hallaba en la comitiva acompañando a Dña Urraca cuando se concede a San Millán un privilegio. En 1112 es elegido como Abad de Sahún permaneciendo hasta 1115 en que vuelve totalmente a la fortuna de las armas, nos dice Traggia. Será posteriormente promovido para la sede de Burgos y de Pamplona, pero no consta y no figura en los catálogos de obispos de estas dos iglesias citadas. Fue convidado por el clero y el pueblo para ocupar el obispado de Roda y Barbastro, pero según Federico Balaguer tampoco llegó a ser consagrado, pues desde 1130 en que el Batallador, halándose en el cerco de Bayona, redactara su testamento, se fueron precipitando las reivindicacines de García Ramirez como descendiente de los reyes de Navarra por línea bastarda, frente a las que se encontraban también las pretensiones del infante D. Ramiro que era apoyada por buen número de nobles.
A raiz de la muerte de Alfonso I el Batallador , sin descendencia y dejando dos extravagantes disposiciones testamentarias realizadas en Bayona 1131 y Sariñena 1134, por las que dejaba como herederos de sus reinos a partes iguales, a las Ordenes Militares del Temple, Hospital de San Juan y Santo Sepulcro: “A estos tres concedo mi reino y el señorío que tengo en toda la tierra de mi reino y el principado y jurisdicción que tengo sobre todos los hombres”. Cuando esto ocurre, las fronteras de la reconquista están truncadas después de la derrota de Fraga ( 17 julio 1134 ) y la muerte del rey acaecida en Poleñino ( 7 sep 1134 ). Los aragoneses que no pusieron en tela de juicio su testamento, no dudaron y alzaron al mismo tiempo en el trono a su hermano D. Ramiro II, algo que debió de estar ya preparado durante la agonía prolongada del Batallador, pues el día 8 de septiembre en Tierrantona, firma D. Ramiro una donación a San Vicente de Roda como, rex et electus Barbastrensis, según consta en documento en el Archivo De Roda. Escritura original que demuestra que sucedió inmediatamente a su hermano sin oposición de aragoneses y navarros, lo cual demuestra y ratifica, que estaba todo preparado.
Las memorias que nos dejaron los historiadores son escasas, siendo difícil creer algunas que nos hablan de su rudeza y poco talento, máxime cuando su educación había sido muy completa y las costumbres de aquellos tiempos, en que los obispos eran los primeros caudillos en los ejércitos, aparte de que siguiendo su cartulario documental puede observarse una acción intensa y extensa sobre el reino.
Francisco de Ayala nos dice: “Ramiro vistió la púrpura, ciñó la espada, calzó espuelas y, besando la corona de su padre, ocupó el trono”. Un texto tajante y sin lugar a dudas, como está patente en sus dos primeros años de reinado, que recorrió casi mas leguas que su padre y hermano en sus conquistas, dejando constancia de sus viajes, los documentos y concesiones, privilegios y pactos que se suceden en:
1134.- Tierrantona- Castro- Barbastro- Huesca- Zaragoza- Alagón-Calatayud- Borja-Tarazona- Cascante-Tudela- Sanguesa- Leire-Jaca-Sobrarbe- San Juan de la peña- Jaca- Loarre- Huesca- Zaragoza- Pradilla-Zaragoza.
1135.- Huesca- Zaragoza- Huesca- Palo de Sobrarbe- Huesca- Uncastillo- Berdún- Jaca- Palo de Sobrarbe- Graus- Torre Ciudad- Salas- Barbastro- Huesca- Roda- San Victorián- Taberna- Senz- Jaca- Huesca- Pradilla- Biel –Jaca-Huesca.
1136.- Huesca- Roda- Torre Ciudad- Labata- Huesca-Alagón- Borja- Fiscal de Sobrarbe- Jaca- Huesca
1137.- Huesca-Sos- Berdún- Hecho- Jaca-Huesca- Ejea- Zaragoza- Huesca
El sacerdocio de D. Ramiro.-
No se ha dudado del monacato de este rey, si bien algunos lo han puesto en duda recientemente al no hallarse noticia expresa de sus votos. La Crónica de España de Carbonell asegura: En algunas crónicas han escrito que D. Ramiro era “Misa cantano”; en otras que no había recibido ordenes sagradas. El anónimo Lemosino no toca este punto. El Pinatense, aunque recoge las noticias del instrumento de Lérida, se muestra dudoso de que hubiera recibido órdenes. La crónica de Dalmau Mur anuncia que rehusó las prelacías eclesiásticas a las que fue promovido, siendo quizá de aquí de donde tomó Gauberto Fabricio de Vagad el que D. Ramiro no recibió sagradas órdenes. El anónimo de Sahún afirma que era diácono cuando fue al monasterio, no obstante y sobre todas las dudas y afirmaciones, en el archivo de la ciudad de Barbastro, en el Cajón de Privilegios, un documento de Alfonso I el Batallador confirma a D. Ramiro con estas palabras: “Signum Ranimiri= regis et sacerdos qui hoc privilegium et libertatem concedo. Por potra parte, el necrologio de Montearagón le da el dictado de sacerdote, si bien en cuanto al obispado, nos resistimos a creer que llegara a consagrarse, pues no se halla firma alguna suya en que se nombre obispo sin la adicción de electo, por lo que consideramos que la consagración de D.. Ramiro no tuvo lugar
La dispensa apostólica.-
El celibato no es de siempre ni universal en la Iglesia católica, se trata de un concepto instituido de manera general para el mundo latino en el Concilio de Letrán de 1123, en el siglo XII. No obstante, los teólogos señalan que el celibato es mas que un voto sacerdotal, una condición previa de una persona, necesaria para ser ordenado sacerdote. Las crónicas antiguas suponen pues, que fue solicitada la licencia al sumo pontífice y así lo refieren:
El anónimo Lemosino nos dice :Anfos mort, aragoneses ab licencia apostolical tragueren lo monge e Remiro, del monestir de Tomeres et levaronlo rey”
El Pinatense escribe: Mittunt igitur nuncios ad Romanum pontificem pro obtienda dispensatione quodRemirus possit exire monasterium, et in regno sucederé”
Gauberto Fabricio Vagad supone la dispensa, aunque duda si la dio Benedicto IX o fue Inocencio II, pero los cronistas modernos se inclinan a pensar que fue Inocencio II que a la sazón se encontraba en Francia en competencia con el antipapa Anacleto. Tengamos en cuenta que casi todos los que han escrito de este caso, suponen a Dn Ramiro a la muerte de su hermano todavía en San Ponce, cuando es absolutamente falso, por cuanto registra su biógrafo Federico Balaguer, hacía 24 años que vivía en el mundo y en la corte.
Lo que convence de que no se pidió dispensa a Roma para el casamiento, es el tratamiento que el autor de la Crónica de D. Alonso VII de Castilla, da como de gran pecado el hecho de D. Ramiro, y habla de los remordimientos de su conciencia, quizá escriba esto por el odio entre aragoneses y castellanos, ya que este autor, trató de zaherir al rey de Aragón, tratando de gran crimen su matrimonio. No opinaron así los prelados aragoneses y usando las facultades que Dios les había dado, declararon que en aquel caso era de ningún efecto el voto anterior del príncipe. No hace falta incidir en ello, porque ningún prelado reprendió al rey por su boda, es más, F. Balaguer estudió el acatamiento del obispo Dodo y el apoyo y ayuda que en todo momento este prelado prestó a D. Ramiro, a quien acompañó en sus viajes, un obispo, a quien incluso la reina Dña Inés distinguió con donaciones y sobre todo con su afecto.
Dña Agnes de Poitiers.-
La crónica de San Juan de la Peña es concluyente: “Et continente, los aragoneses levantaron rey a D. Ramiro et diéronle por muller la filla del conde de Piteus”.
Doña Inés de Poitiers, de 32 años, hija de Guillermo IX Duque de Aquitania, sobrina de la esposa de Pedro I. Era viuda de Aymerico, vizconde de Thovars, y un detalle muy importante de ella, era una mujer capaz de concebir, pues ya tenía 3 hijos varones.
La boda se celebró en la ciudad de Jaca, en noviembre de 1135, sin que el Papa hubiese concedido su dispensa al monje para el matrimonio, tengamos en cuenta que era esto debido a que Roma estaba mas interesada en que se cumpliera el testamento de Alfonso I que otorgaba el poder y posesión del reino a las Ordenes Militares,( que tenían el vasalle al papa) que en apoyar las decisiones de la nobleza aragonesa que prefería la soberanía de Ramiro II. Con su silencio respecto a la dispensa matrimonial que tenía que haberse pedido, venía a demostrar claramente su oposición al nuevo monarca. Esta postura de Roma quedaría patente cuando la reina quedó en cinta, y el Papa Inocencio II alzó su voz exigiendo el cumplimiento del testamento de Alfonso I, y en virtud de este, reclamaba que le fueran enviadas a Jerusalén las rentas de la tercera parte de los bienes de Aragón, es más, llega en sus pretensiones a comunicarle a Ramiro II con una Bula dada a Alfonso VII de Castilla, que el matrimonio celebrado no era válido para la Iglesia. Ante este rechazo eclesial, los aragoneses se aferraron a su costumbre foral, según la cual, un matrimonio era válido desde la “Entrega de Arras”, es decir, desde el establecimiento de las condiciones legales a nuestro uso, como son las “Capitulaciones Matrimoniales” acordadas entre los contrayentes según el Fuero, por lo cual, Ramiro e Inés que habían sellado su carta de arras o capitulaciones, se habían convertido en unión o matrimonio legal en Aragón, independientemente de la celebración de la unión definitiva, que generalmente era posterior y que, en este caso, podía necesitar de una dispensa papal, pero que nunca se pidió.
El enlace en la épica.-
D. Ramiro debe abandonar su vocación de célibe para asegurar la continuidad de la dinastía aragonesa. Un documento suyo firmado en noviembre de 1137 por el que hace una donación a la catedral de Roda deja claro, tras exponer que había aceptado la corona por su pueblo y por la tranquilidad de la iglesia, afirmando: “Además tomé mujer no por la lujuria de la carne, sino por la restauración de la sangre de la estirpe”. Será la “Primera Crónica General de España” que mandó componer Alfonso X el sabio (1289) en la que se hace mención al espinoso asunto del casamiento de este rey, al decir que D. Ramiro no podía “casar con mugier a bendición como era derecho”, pero el cronista Jerónimo Zurita en sus “Anales de la Corona de Areagón” refiere como ello fue posible dado que “el Pontífice dispensó que el infante D. Ramiro, siendo monje, pudiese por la sucesión del reino casarse ( I, I.III)”. Punto este que no se ha podido en forma alguna confirmar, y quizá el cronista quiso quitar hierro a este penoso asunto..
Lope de Vega en su obra “La Campana de Aragón” pasa de puntillas sobre el aspecto del débito conyugal por parte de D. Ramiro y considerándolo como indeseado el cumplimiento haciéndole recitar en su obra al retirarse a sus aposentos:
Dios ordenó el casamiento,
en que aquí me vengo a ver,
para dar al mundo aumento
y acrecentar nuestro ser.
Ya se que esto no es pecado,
pero verme yo obligado
en tan notable vergüenza,
aún no es posible que venza
el saber que soy casado
Pasa tan de soslayo Lope sobre este asunto en su obra, que no volverá a menciona en ella a la reina, ni deja constancia del nacimiento de la princesa Doña Petronila.
A imitación de Lope de Vega los autores Martínez de Meneses y Luis de Belmonte, en su obra “La gran comedia de la Campana de Aragón”, abordan el encuentro entre D Ramiro y Dña Inés de Poitiers:
Yo os prometo, que no es poco
el ahogo con que espero
ese lance, y no sé como
tendré yo desembarazo
para tratar a la Reyna; aún de pensallo
salen colores al rostro
Indudablemente es una circunstancia muy significativa, tanto para los historiadores como para los estudiosos de su leyenda que forma parte de la épica hispana, siendo quizá Francisco de Ayala, en su obra ”La Campana de Huesca”, publicada en 1943, quien tras incorporar en su estudio preparatorio, los datos facilitados por el historiador Federico Balaguer Sánchez, nos acerca más a la realidad de la lucha interior de este monje que se niega a entregarse al amor, refiriendo así este momento :
El rey monje había aceptado a la esposa como parte de su destino recién manifiesto; pero no quería su amor. El amor no pertenecía a las exigencias de ese destino. Y así, venido el momento, cuando Inés, aturdida de luces, músicas, incienso y calor estival, le aguardaba temblorosa, agitada el alma en movimiento de oscura y dichosa confusión, se llegó a ella con desabrida autoridad de varón y de rey. Luego, apenas pasadas las noches nupciales, abandonó la cámara, forcejeando contra su propia sangre que quería reventarle las sienes, le golpeaba el costado y le henchía el sexo…..”
En esta obra de Ayala, el personaje del rey es recreado con toda su fuerza carnal al servicio de la Corona. El protagonista es un verdadero príncipe real sometido a la disciplina de la vida monástica, pero que, puesto ante su nuevo y “verdadero” destino, reacciona como un digno vástago de su dinastía. El Ramiro de esta obra se distingue de todos los anteriores presentados por su complejidad psicológica y por los conflictos interiores que sus azarosas circunstancias le provocan.
La Campana de Huesca.-
La primera Crónica General de España, que mandó componer Alfonso X el sabio y se continuaba bajo Sancho IV en 1289 nos dice: “Este rey D. Ramiro por quel fallavan los sus aragoneses por omne muy simple et que non era muy agudo en so entendimiento, los ricos omnes et los cavalleros faziensse escarnio del et caçurravanle, en manera quel fazien fazer muchas cosas que non perteneçien a rey commo fuesse avardan”.
Si bien en la misma crónica, poco después el amanuense o scriptor relataba unos hechos de esta forma: “Et trabajaronse quanto ellos mas pudieron fazer sacar del monasterio a aquel don Ramiro el Monge, fijo del rey don Sancho, et alçarle rey; et assi fue” Añadiendo esta crónica un relato de la insumisión de los nobles y de su castigo: “no lo quiso mas sofrir, et guiso desta manera que en un dia en la Çiudat de Guasca en un corral de las sus casas fizo matar onze rricos omnes, con los quals murieron muy grant pieça de cavalleros”.
Para Antonio Ubieto Arteta, los hechos históricos de la Campana debieron de ocurrir entre el otoño de 1135 y el verano de 1136, siendo este historiador quien señaló las diferencias entre los Anales Toledanos que hablan de potestades, es decir, autoridades, nobles o no; y la Crónica de San Juan de la Peña, que habla de ricos hombres y caballeros. Esta Crónica, incluye además un cantar de gesta prosificado, que, según el filólogo Romeo Pallás, el cronista compilador habría incluido a modo de alivio, quizá, para contrapesar elementos tan prosáicos como la nómina de ricos hombres eliminados por el Rey Monje, ya que la crónica pinatense recoge los nombres de los ejecutados:
Lope Ferrench de Luna; Rui Ximenez de Luna; Pedro Martinez de Luna; Ferrando de Luna; Gomez de Luna; Ferrís de Liçana; Pedro Vergua; Gil d’Atrosillo; Pero Cornel; García de Bidaurre; García de Penya; Remón Foces; Pedro de Luesia; Miguel Azlor; Sancho Fontana
“Et aquellos muertos, no podieron los otros aver que yeran foidos, sosegó su Regno en paz”.
Nacimiento de Dña Petronila de Aragón .-
En agosto de 1936, nacía Dña Petronila, la que para todos los aragoneses será hija legítima e indiscutible heredera del reinote Aragón.
Parece ser, según nos relatan algunos cronistas, que una vez recuperada del parto, posiblemente a fines de 1136, la reina Dña Inés regresaba a Thovars en Francia, al lado de sus otros tres hijos. Habiendo según estos datos, permanecido en Aragón poco mas de un año, es decir, sólo el tiempo necesario para casar, engendrar y dar a luz a la heredera. Esta afirmación, que ha sido muy usada, no tiene grandes visos de verdad, ya que, las crónicas de Aquitania nos refieren como de regreso a su tierra, se retiró a la abadía de Fonteuraud, donde también había vivido su madre, y allí murió el año del Señor de 1159.
Crítica situación política de Ramiro
A partir de la firma del pacto de Vadoluengo, los diplomas aragoneses mencionan siempre a García Ramírez como rey de Pamplona, pero bajo la potestad de D. Ramiro : “reinante me Dei gratia in Aragone et in Suprari et in Ripacurcia et Garcia Ranimiri sub manu mea in Pamplona”. Sin embargo el pacto de Vadoluengo no se cumplió escrupulosamente y Tanto Ramiro como García Ramírez se sentían recelosos y desconfiaban de sus respectivas intenciones. Un acercamiento entre Alfonso VII y García Ramírez produjo a D. Ramiro serios quebrantos, pero hábilmente Ramiro II siguió manteniendo relaciones con Alfonso VII, sin comprometer en modo alguno su independencia. Amenazado por enemigos del interior y del exterior, pues la Curia Pontificiam, volvía a inclinarse por el cumplimiento del testamento del Batallador; Arnaldo de Lascún que se rebelaba contra Ramiro en la fortaleza de Uncastillo; unido a los chispazos de rebeldía que auspiciaba el rey de Navarra, creaban un cerco de tensiones alrededor de Aragón, siendo cuando recibió D. Ramiro II el apoyo del rey de León y con su ayuda se afianzaría la frontera Navarra y se resolvería la cuestión del “regnum Cesaraugustanum”, y para mayor seguridad de este asiento de concordia entre ambos reinos, se encomendó la Infanta Petronila, hija de D. Ramiro, al rey de Castilla, siendo este monarca el que le mudaría el nombre llamándola Urraca. En cuanto a la Infanta aragonesa, el rey de Castilla deseoso de casarla con su hijo primogénito Sancho, no dejó de trabajar en esta empresa, pero los aragoneses no olvidaban sus recientes discordias y no deseaban la unión de su reino con el de Castilla .
El pacto de unión de estados.-
Deseoso el rey de solventar los problemas de las comarcas orientales, en marzo de 1137 lo encontramos nuevamente en el formidable castillo de Torre-Ciudad, junto al Cinca, la situación de su amada ciudad de Barbastro es angustiosa. Las terribles razzias de los musulmanes devastan la comarca, la ciudad se despuebla. Para salvar la situación es necesario actuar con energía, pasando a la ofensiva, atacando el reino moro de Lérida. Pero los Condes de Barcelona seguían manteniendo sus aspiraciones a estas comarcas y de esta forma el problema se le plantea a D. Ramiro con un doble carácter, militar y diplomático. Afortunadamente las relaciones entre D. Ramiro y Ramón Berenguer IV eran cordiales y en la idea de mantener la paz entre los estados cristianos y solucionar el problema de ambos, se pensó en unir los dos estados mediante un pacto que en ciertos aspectos recordaba el de Vadoluengo. Ramiro cedería el gobierno de Aragón al conde de Barcelona, reservándose los asuntos eclesiasticos y la dignidad real . Finalmente el 11 de agosto de 1137 en la ciudad de Barbastro que le había aclamado como rey, en el Entremuro, se firmaron las “Capitulaciones Matrimoniales” por las que entregaba su hija Dña Petronila a Ramón Berenguer IV y ordenaba a sus barones que le prestasen homenaje de fidelidad.
La reina Dña Petronila.-
Destinada a ser lazo de unión que fundiese en un solo estado la monarquía aragonesa y el condado de Barcelona, pasó en la corte condal recibiendo educación y creciendo en hermosura, y virtudes, a la vez que en silencio, aprendía la diplomacia severa de su padre D. Ramiro y admiraba el sacrificio y entrega que había hecho por el reino, cuando llegando a la edad de quince años en que Berenguer enamorado de su antigua desposada y fiel a la promesa hecha a D. Ramiro, celebraba los esponsales el año de 1151, dejando sin cumplir la promesa que obligado por las circunstancias había hecho a García Ramirez de contraer matrimonio con su hija Dña Blanca.
El día 4 de abril de 1152, sintiéndose próxima a ser madre, Dña Petronila, dio una prueba de su clara inteligencia, pero también de sus elevados sentimientos y del amor que siempre profesó a sus vasallos; cuando dentro de unos momentos de dolor e incertidumbre, cuando los galenos auguraban lo peor, otorgaba testamento en el que ordenaba que el hijo que naciera fuera heredero de todo el reino de Aragón, de la misma manera que lo había tenido su tio D. Alfonso I; que nunca hiciera, por ninguna ciudad ni villa de sus reinos que él heredara o ganara de los infieles, reconocimiento alguno a los reyes de Castilla, como su marido lo había hecho en su perjuicio; y ordenaba que durante la vida de su esposo, conservase este el gobierno del reino en usufructo, y después, sucediese el infante su hijo, y en el caso que este muriese, sin dejar herederos, sucediese el Conde, su marido, en toda integridad del reino como dueño libre y absoluto.
El testamento sería aplicado andando el tiempo sin producir agravios en las hijas, pues dio a luz un hijo llamado Ramón que al ceñir la corona real de Aragón y la condal de Barcelona, trocó su nombre por el de Alfonso, en recuerdo de El Batallador.
Mientras, Dña Petronila se encargaba de la educación de los hijos, Ramón Berenguer gobernaba, cuando de camino a Turín le atacó una aguda enfermedad de dolencia mortal, ordenando testamento el 4 de agosto de 1162 en el que dejaba a su primogénito Ramón los dominios integros de Aragón y Barcelona, a excepción de los condados y señoríos de Cerdeña, Carcasona y Narbona que legaba su segundo hijo Pedro. Señalaba a su esposa las villas de Besalú y Rivas, poniendo a toda su familia bajo la tutela y protección del rey de Inglaterra su aliado.
Dña Petronila, lejos de sentirse resentida de la exclusión en que la dejaba el testamento de su esposo (un testamento que otorgaba hasta lo que no era suyo y por lo tanto ilegal), siendo ella la reina propietaria de Aragón y llevando al mas alto punto posible su patriótica abnegación y su desinteresado desprendimiento, gobernó el reino durante la minoría de edad de su hijo y estando en Barcelona el 14 de junio de 1164 hizo donación de todo el reino de Aragón , con las ciudades, villas y castillos, iglesias y monasterios y todo lo que pertenecía a la Corona de Aragón, al infante D. Alonso su hijo, que ya tenía doce años cumplidos. Para mayor firmeza de esta donación aprobó el testamento (ilegal) de su marido.
Fue enterrada en la Catedral de Barcelona, pero se ha perdido su recuerdo, no obstante, sabemos que ……………
Una lápida copiada por Traggia, condensaba así su vida:
Petronila Dei gratia aragonensis regina et barchilonenesis comitissa.
La mujer de grande consejo que siendo viuda desde IIX de los idus de agosto del año del Señor de MCLXII, en que perdió a su marido, que era de cincuenta años, lo guardó y lo salvó, y entero para su hijo y descendientes, hasta III de los idus de octubre, que fue el último de su vida, después de haber vivido XXXVII años, del de MCLXXIII.
Reinó XXVI años, I mes y XXVI días"
A raiz de la muerte de Alfonso I el Batallador , sin descendencia y dejando dos extravagantes disposiciones testamentarias realizadas en Bayona 1131 y Sariñena 1134, por las que dejaba como herederos de sus reinos a partes iguales, a las Ordenes Militares del Temple, Hospital de San Juan y Santo Sepulcro: “A estos tres concedo mi reino y el señorío que tengo en toda la tierra de mi reino y el principado y jurisdicción que tengo sobre todos los hombres”. Cuando esto ocurre, las fronteras de la reconquista están truncadas después de la derrota de Fraga ( 17 julio 1134 ) y la muerte del rey acaecida en Poleñino ( 7 sep 1134 ). Los aragoneses que no pusieron en tela de juicio su testamento, no dudaron y alzaron al mismo tiempo en el trono a su hermano D. Ramiro II, algo que debió de estar ya preparado durante la agonía prolongada del Batallador, pues el día 8 de septiembre en Tierrantona, firma D. Ramiro una donación a San Vicente de Roda como, rex et electus Barbastrensis, según consta en documento en el Archivo De Roda. Escritura original que demuestra que sucedió inmediatamente a su hermano sin oposición de aragoneses y navarros, lo cual demuestra y ratifica, que estaba todo preparado.
Las memorias que nos dejaron los historiadores son escasas, siendo difícil creer algunas que nos hablan de su rudeza y poco talento, máxime cuando su educación había sido muy completa y las costumbres de aquellos tiempos, en que los obispos eran los primeros caudillos en los ejércitos, aparte de que siguiendo su cartulario documental puede observarse una acción intensa y extensa sobre el reino.
Francisco de Ayala nos dice: “Ramiro vistió la púrpura, ciñó la espada, calzó espuelas y, besando la corona de su padre, ocupó el trono”. Un texto tajante y sin lugar a dudas, como está patente en sus dos primeros años de reinado, que recorrió casi mas leguas que su padre y hermano en sus conquistas, dejando constancia de sus viajes, los documentos y concesiones, privilegios y pactos que se suceden en:
1134.- Tierrantona- Castro- Barbastro- Huesca- Zaragoza- Alagón-Calatayud- Borja-Tarazona- Cascante-Tudela- Sanguesa- Leire-Jaca-Sobrarbe- San Juan de la peña- Jaca- Loarre- Huesca- Zaragoza- Pradilla-Zaragoza.
1135.- Huesca- Zaragoza- Huesca- Palo de Sobrarbe- Huesca- Uncastillo- Berdún- Jaca- Palo de Sobrarbe- Graus- Torre Ciudad- Salas- Barbastro- Huesca- Roda- San Victorián- Taberna- Senz- Jaca- Huesca- Pradilla- Biel –Jaca-Huesca.
1136.- Huesca- Roda- Torre Ciudad- Labata- Huesca-Alagón- Borja- Fiscal de Sobrarbe- Jaca- Huesca
1137.- Huesca-Sos- Berdún- Hecho- Jaca-Huesca- Ejea- Zaragoza- Huesca
El sacerdocio de D. Ramiro.-
No se ha dudado del monacato de este rey, si bien algunos lo han puesto en duda recientemente al no hallarse noticia expresa de sus votos. La Crónica de España de Carbonell asegura: En algunas crónicas han escrito que D. Ramiro era “Misa cantano”; en otras que no había recibido ordenes sagradas. El anónimo Lemosino no toca este punto. El Pinatense, aunque recoge las noticias del instrumento de Lérida, se muestra dudoso de que hubiera recibido órdenes. La crónica de Dalmau Mur anuncia que rehusó las prelacías eclesiásticas a las que fue promovido, siendo quizá de aquí de donde tomó Gauberto Fabricio de Vagad el que D. Ramiro no recibió sagradas órdenes. El anónimo de Sahún afirma que era diácono cuando fue al monasterio, no obstante y sobre todas las dudas y afirmaciones, en el archivo de la ciudad de Barbastro, en el Cajón de Privilegios, un documento de Alfonso I el Batallador confirma a D. Ramiro con estas palabras: “Signum Ranimiri= regis et sacerdos qui hoc privilegium et libertatem concedo. Por potra parte, el necrologio de Montearagón le da el dictado de sacerdote, si bien en cuanto al obispado, nos resistimos a creer que llegara a consagrarse, pues no se halla firma alguna suya en que se nombre obispo sin la adicción de electo, por lo que consideramos que la consagración de D.. Ramiro no tuvo lugar
La dispensa apostólica.-
El celibato no es de siempre ni universal en la Iglesia católica, se trata de un concepto instituido de manera general para el mundo latino en el Concilio de Letrán de 1123, en el siglo XII. No obstante, los teólogos señalan que el celibato es mas que un voto sacerdotal, una condición previa de una persona, necesaria para ser ordenado sacerdote. Las crónicas antiguas suponen pues, que fue solicitada la licencia al sumo pontífice y así lo refieren:
El anónimo Lemosino nos dice :Anfos mort, aragoneses ab licencia apostolical tragueren lo monge e Remiro, del monestir de Tomeres et levaronlo rey”
El Pinatense escribe: Mittunt igitur nuncios ad Romanum pontificem pro obtienda dispensatione quodRemirus possit exire monasterium, et in regno sucederé”
Gauberto Fabricio Vagad supone la dispensa, aunque duda si la dio Benedicto IX o fue Inocencio II, pero los cronistas modernos se inclinan a pensar que fue Inocencio II que a la sazón se encontraba en Francia en competencia con el antipapa Anacleto. Tengamos en cuenta que casi todos los que han escrito de este caso, suponen a Dn Ramiro a la muerte de su hermano todavía en San Ponce, cuando es absolutamente falso, por cuanto registra su biógrafo Federico Balaguer, hacía 24 años que vivía en el mundo y en la corte.
Lo que convence de que no se pidió dispensa a Roma para el casamiento, es el tratamiento que el autor de la Crónica de D. Alonso VII de Castilla, da como de gran pecado el hecho de D. Ramiro, y habla de los remordimientos de su conciencia, quizá escriba esto por el odio entre aragoneses y castellanos, ya que este autor, trató de zaherir al rey de Aragón, tratando de gran crimen su matrimonio. No opinaron así los prelados aragoneses y usando las facultades que Dios les había dado, declararon que en aquel caso era de ningún efecto el voto anterior del príncipe. No hace falta incidir en ello, porque ningún prelado reprendió al rey por su boda, es más, F. Balaguer estudió el acatamiento del obispo Dodo y el apoyo y ayuda que en todo momento este prelado prestó a D. Ramiro, a quien acompañó en sus viajes, un obispo, a quien incluso la reina Dña Inés distinguió con donaciones y sobre todo con su afecto.
Dña Agnes de Poitiers.-
La crónica de San Juan de la Peña es concluyente: “Et continente, los aragoneses levantaron rey a D. Ramiro et diéronle por muller la filla del conde de Piteus”.
Doña Inés de Poitiers, de 32 años, hija de Guillermo IX Duque de Aquitania, sobrina de la esposa de Pedro I. Era viuda de Aymerico, vizconde de Thovars, y un detalle muy importante de ella, era una mujer capaz de concebir, pues ya tenía 3 hijos varones.
La boda se celebró en la ciudad de Jaca, en noviembre de 1135, sin que el Papa hubiese concedido su dispensa al monje para el matrimonio, tengamos en cuenta que era esto debido a que Roma estaba mas interesada en que se cumpliera el testamento de Alfonso I que otorgaba el poder y posesión del reino a las Ordenes Militares,( que tenían el vasalle al papa) que en apoyar las decisiones de la nobleza aragonesa que prefería la soberanía de Ramiro II. Con su silencio respecto a la dispensa matrimonial que tenía que haberse pedido, venía a demostrar claramente su oposición al nuevo monarca. Esta postura de Roma quedaría patente cuando la reina quedó en cinta, y el Papa Inocencio II alzó su voz exigiendo el cumplimiento del testamento de Alfonso I, y en virtud de este, reclamaba que le fueran enviadas a Jerusalén las rentas de la tercera parte de los bienes de Aragón, es más, llega en sus pretensiones a comunicarle a Ramiro II con una Bula dada a Alfonso VII de Castilla, que el matrimonio celebrado no era válido para la Iglesia. Ante este rechazo eclesial, los aragoneses se aferraron a su costumbre foral, según la cual, un matrimonio era válido desde la “Entrega de Arras”, es decir, desde el establecimiento de las condiciones legales a nuestro uso, como son las “Capitulaciones Matrimoniales” acordadas entre los contrayentes según el Fuero, por lo cual, Ramiro e Inés que habían sellado su carta de arras o capitulaciones, se habían convertido en unión o matrimonio legal en Aragón, independientemente de la celebración de la unión definitiva, que generalmente era posterior y que, en este caso, podía necesitar de una dispensa papal, pero que nunca se pidió.
El enlace en la épica.-
D. Ramiro debe abandonar su vocación de célibe para asegurar la continuidad de la dinastía aragonesa. Un documento suyo firmado en noviembre de 1137 por el que hace una donación a la catedral de Roda deja claro, tras exponer que había aceptado la corona por su pueblo y por la tranquilidad de la iglesia, afirmando: “Además tomé mujer no por la lujuria de la carne, sino por la restauración de la sangre de la estirpe”. Será la “Primera Crónica General de España” que mandó componer Alfonso X el sabio (1289) en la que se hace mención al espinoso asunto del casamiento de este rey, al decir que D. Ramiro no podía “casar con mugier a bendición como era derecho”, pero el cronista Jerónimo Zurita en sus “Anales de la Corona de Areagón” refiere como ello fue posible dado que “el Pontífice dispensó que el infante D. Ramiro, siendo monje, pudiese por la sucesión del reino casarse ( I, I.III)”. Punto este que no se ha podido en forma alguna confirmar, y quizá el cronista quiso quitar hierro a este penoso asunto..
Lope de Vega en su obra “La Campana de Aragón” pasa de puntillas sobre el aspecto del débito conyugal por parte de D. Ramiro y considerándolo como indeseado el cumplimiento haciéndole recitar en su obra al retirarse a sus aposentos:
Dios ordenó el casamiento,
en que aquí me vengo a ver,
para dar al mundo aumento
y acrecentar nuestro ser.
Ya se que esto no es pecado,
pero verme yo obligado
en tan notable vergüenza,
aún no es posible que venza
el saber que soy casado
Pasa tan de soslayo Lope sobre este asunto en su obra, que no volverá a menciona en ella a la reina, ni deja constancia del nacimiento de la princesa Doña Petronila.
A imitación de Lope de Vega los autores Martínez de Meneses y Luis de Belmonte, en su obra “La gran comedia de la Campana de Aragón”, abordan el encuentro entre D Ramiro y Dña Inés de Poitiers:
Yo os prometo, que no es poco
el ahogo con que espero
ese lance, y no sé como
tendré yo desembarazo
para tratar a la Reyna; aún de pensallo
salen colores al rostro
Indudablemente es una circunstancia muy significativa, tanto para los historiadores como para los estudiosos de su leyenda que forma parte de la épica hispana, siendo quizá Francisco de Ayala, en su obra ”La Campana de Huesca”, publicada en 1943, quien tras incorporar en su estudio preparatorio, los datos facilitados por el historiador Federico Balaguer Sánchez, nos acerca más a la realidad de la lucha interior de este monje que se niega a entregarse al amor, refiriendo así este momento :
El rey monje había aceptado a la esposa como parte de su destino recién manifiesto; pero no quería su amor. El amor no pertenecía a las exigencias de ese destino. Y así, venido el momento, cuando Inés, aturdida de luces, músicas, incienso y calor estival, le aguardaba temblorosa, agitada el alma en movimiento de oscura y dichosa confusión, se llegó a ella con desabrida autoridad de varón y de rey. Luego, apenas pasadas las noches nupciales, abandonó la cámara, forcejeando contra su propia sangre que quería reventarle las sienes, le golpeaba el costado y le henchía el sexo…..”
En esta obra de Ayala, el personaje del rey es recreado con toda su fuerza carnal al servicio de la Corona. El protagonista es un verdadero príncipe real sometido a la disciplina de la vida monástica, pero que, puesto ante su nuevo y “verdadero” destino, reacciona como un digno vástago de su dinastía. El Ramiro de esta obra se distingue de todos los anteriores presentados por su complejidad psicológica y por los conflictos interiores que sus azarosas circunstancias le provocan.
La Campana de Huesca.-
La primera Crónica General de España, que mandó componer Alfonso X el sabio y se continuaba bajo Sancho IV en 1289 nos dice: “Este rey D. Ramiro por quel fallavan los sus aragoneses por omne muy simple et que non era muy agudo en so entendimiento, los ricos omnes et los cavalleros faziensse escarnio del et caçurravanle, en manera quel fazien fazer muchas cosas que non perteneçien a rey commo fuesse avardan”.
Si bien en la misma crónica, poco después el amanuense o scriptor relataba unos hechos de esta forma: “Et trabajaronse quanto ellos mas pudieron fazer sacar del monasterio a aquel don Ramiro el Monge, fijo del rey don Sancho, et alçarle rey; et assi fue” Añadiendo esta crónica un relato de la insumisión de los nobles y de su castigo: “no lo quiso mas sofrir, et guiso desta manera que en un dia en la Çiudat de Guasca en un corral de las sus casas fizo matar onze rricos omnes, con los quals murieron muy grant pieça de cavalleros”.
Para Antonio Ubieto Arteta, los hechos históricos de la Campana debieron de ocurrir entre el otoño de 1135 y el verano de 1136, siendo este historiador quien señaló las diferencias entre los Anales Toledanos que hablan de potestades, es decir, autoridades, nobles o no; y la Crónica de San Juan de la Peña, que habla de ricos hombres y caballeros. Esta Crónica, incluye además un cantar de gesta prosificado, que, según el filólogo Romeo Pallás, el cronista compilador habría incluido a modo de alivio, quizá, para contrapesar elementos tan prosáicos como la nómina de ricos hombres eliminados por el Rey Monje, ya que la crónica pinatense recoge los nombres de los ejecutados:
Lope Ferrench de Luna; Rui Ximenez de Luna; Pedro Martinez de Luna; Ferrando de Luna; Gomez de Luna; Ferrís de Liçana; Pedro Vergua; Gil d’Atrosillo; Pero Cornel; García de Bidaurre; García de Penya; Remón Foces; Pedro de Luesia; Miguel Azlor; Sancho Fontana
“Et aquellos muertos, no podieron los otros aver que yeran foidos, sosegó su Regno en paz”.
Nacimiento de Dña Petronila de Aragón .-
En agosto de 1936, nacía Dña Petronila, la que para todos los aragoneses será hija legítima e indiscutible heredera del reinote Aragón.
Parece ser, según nos relatan algunos cronistas, que una vez recuperada del parto, posiblemente a fines de 1136, la reina Dña Inés regresaba a Thovars en Francia, al lado de sus otros tres hijos. Habiendo según estos datos, permanecido en Aragón poco mas de un año, es decir, sólo el tiempo necesario para casar, engendrar y dar a luz a la heredera. Esta afirmación, que ha sido muy usada, no tiene grandes visos de verdad, ya que, las crónicas de Aquitania nos refieren como de regreso a su tierra, se retiró a la abadía de Fonteuraud, donde también había vivido su madre, y allí murió el año del Señor de 1159.
Crítica situación política de Ramiro
A partir de la firma del pacto de Vadoluengo, los diplomas aragoneses mencionan siempre a García Ramírez como rey de Pamplona, pero bajo la potestad de D. Ramiro : “reinante me Dei gratia in Aragone et in Suprari et in Ripacurcia et Garcia Ranimiri sub manu mea in Pamplona”. Sin embargo el pacto de Vadoluengo no se cumplió escrupulosamente y Tanto Ramiro como García Ramírez se sentían recelosos y desconfiaban de sus respectivas intenciones. Un acercamiento entre Alfonso VII y García Ramírez produjo a D. Ramiro serios quebrantos, pero hábilmente Ramiro II siguió manteniendo relaciones con Alfonso VII, sin comprometer en modo alguno su independencia. Amenazado por enemigos del interior y del exterior, pues la Curia Pontificiam, volvía a inclinarse por el cumplimiento del testamento del Batallador; Arnaldo de Lascún que se rebelaba contra Ramiro en la fortaleza de Uncastillo; unido a los chispazos de rebeldía que auspiciaba el rey de Navarra, creaban un cerco de tensiones alrededor de Aragón, siendo cuando recibió D. Ramiro II el apoyo del rey de León y con su ayuda se afianzaría la frontera Navarra y se resolvería la cuestión del “regnum Cesaraugustanum”, y para mayor seguridad de este asiento de concordia entre ambos reinos, se encomendó la Infanta Petronila, hija de D. Ramiro, al rey de Castilla, siendo este monarca el que le mudaría el nombre llamándola Urraca. En cuanto a la Infanta aragonesa, el rey de Castilla deseoso de casarla con su hijo primogénito Sancho, no dejó de trabajar en esta empresa, pero los aragoneses no olvidaban sus recientes discordias y no deseaban la unión de su reino con el de Castilla .
El pacto de unión de estados.-
Deseoso el rey de solventar los problemas de las comarcas orientales, en marzo de 1137 lo encontramos nuevamente en el formidable castillo de Torre-Ciudad, junto al Cinca, la situación de su amada ciudad de Barbastro es angustiosa. Las terribles razzias de los musulmanes devastan la comarca, la ciudad se despuebla. Para salvar la situación es necesario actuar con energía, pasando a la ofensiva, atacando el reino moro de Lérida. Pero los Condes de Barcelona seguían manteniendo sus aspiraciones a estas comarcas y de esta forma el problema se le plantea a D. Ramiro con un doble carácter, militar y diplomático. Afortunadamente las relaciones entre D. Ramiro y Ramón Berenguer IV eran cordiales y en la idea de mantener la paz entre los estados cristianos y solucionar el problema de ambos, se pensó en unir los dos estados mediante un pacto que en ciertos aspectos recordaba el de Vadoluengo. Ramiro cedería el gobierno de Aragón al conde de Barcelona, reservándose los asuntos eclesiasticos y la dignidad real . Finalmente el 11 de agosto de 1137 en la ciudad de Barbastro que le había aclamado como rey, en el Entremuro, se firmaron las “Capitulaciones Matrimoniales” por las que entregaba su hija Dña Petronila a Ramón Berenguer IV y ordenaba a sus barones que le prestasen homenaje de fidelidad.
La reina Dña Petronila.-
Destinada a ser lazo de unión que fundiese en un solo estado la monarquía aragonesa y el condado de Barcelona, pasó en la corte condal recibiendo educación y creciendo en hermosura, y virtudes, a la vez que en silencio, aprendía la diplomacia severa de su padre D. Ramiro y admiraba el sacrificio y entrega que había hecho por el reino, cuando llegando a la edad de quince años en que Berenguer enamorado de su antigua desposada y fiel a la promesa hecha a D. Ramiro, celebraba los esponsales el año de 1151, dejando sin cumplir la promesa que obligado por las circunstancias había hecho a García Ramirez de contraer matrimonio con su hija Dña Blanca.
El día 4 de abril de 1152, sintiéndose próxima a ser madre, Dña Petronila, dio una prueba de su clara inteligencia, pero también de sus elevados sentimientos y del amor que siempre profesó a sus vasallos; cuando dentro de unos momentos de dolor e incertidumbre, cuando los galenos auguraban lo peor, otorgaba testamento en el que ordenaba que el hijo que naciera fuera heredero de todo el reino de Aragón, de la misma manera que lo había tenido su tio D. Alfonso I; que nunca hiciera, por ninguna ciudad ni villa de sus reinos que él heredara o ganara de los infieles, reconocimiento alguno a los reyes de Castilla, como su marido lo había hecho en su perjuicio; y ordenaba que durante la vida de su esposo, conservase este el gobierno del reino en usufructo, y después, sucediese el infante su hijo, y en el caso que este muriese, sin dejar herederos, sucediese el Conde, su marido, en toda integridad del reino como dueño libre y absoluto.
El testamento sería aplicado andando el tiempo sin producir agravios en las hijas, pues dio a luz un hijo llamado Ramón que al ceñir la corona real de Aragón y la condal de Barcelona, trocó su nombre por el de Alfonso, en recuerdo de El Batallador.
Mientras, Dña Petronila se encargaba de la educación de los hijos, Ramón Berenguer gobernaba, cuando de camino a Turín le atacó una aguda enfermedad de dolencia mortal, ordenando testamento el 4 de agosto de 1162 en el que dejaba a su primogénito Ramón los dominios integros de Aragón y Barcelona, a excepción de los condados y señoríos de Cerdeña, Carcasona y Narbona que legaba su segundo hijo Pedro. Señalaba a su esposa las villas de Besalú y Rivas, poniendo a toda su familia bajo la tutela y protección del rey de Inglaterra su aliado.
Dña Petronila, lejos de sentirse resentida de la exclusión en que la dejaba el testamento de su esposo (un testamento que otorgaba hasta lo que no era suyo y por lo tanto ilegal), siendo ella la reina propietaria de Aragón y llevando al mas alto punto posible su patriótica abnegación y su desinteresado desprendimiento, gobernó el reino durante la minoría de edad de su hijo y estando en Barcelona el 14 de junio de 1164 hizo donación de todo el reino de Aragón , con las ciudades, villas y castillos, iglesias y monasterios y todo lo que pertenecía a la Corona de Aragón, al infante D. Alonso su hijo, que ya tenía doce años cumplidos. Para mayor firmeza de esta donación aprobó el testamento (ilegal) de su marido.
Fue enterrada en la Catedral de Barcelona, pero se ha perdido su recuerdo, no obstante, sabemos que ……………
Una lápida copiada por Traggia, condensaba así su vida:
Petronila Dei gratia aragonensis regina et barchilonenesis comitissa.
La mujer de grande consejo que siendo viuda desde IIX de los idus de agosto del año del Señor de MCLXII, en que perdió a su marido, que era de cincuenta años, lo guardó y lo salvó, y entero para su hijo y descendientes, hasta III de los idus de octubre, que fue el último de su vida, después de haber vivido XXXVII años, del de MCLXXIII.
Reinó XXVI años, I mes y XXVI días"
TESTAMENTO DE DOÑA PETRONILA.
TESTIMONIO DOCUMENTAL DEL NACIMIENTO DE ALFONSO II EN HUESCA
PETRONILA REINA DE ARAGON Y CONDESA DE BARCELONA ABDICA EN SU HIJO ALFONSOII 18 DE JULIO DE 1168.
RENUNCIA DE DOÑA PETRONILA.
Hola, buenos días.
ResponderEliminarQuisiera me pueda informar en el idioma que estan escritos estos pergaminos de 1160, me interesa muchisimo ya que tengo algo similar heredado y no puedo calcular su edad, sino reconocer los símbolos que figuran en estos testamentos. Un saludo y espero su respuesta, gracias.
Os saludamos los Templarios de Asturias de la Orden del Santo Sudario de San Salvador, Oviedo. Pax Vobiscvm. Juan 20:5-7
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